“Así que, todas las cosas que queráis que
los hombres hagan con vosotros así también haced vosotros con ellos”
Mateo 7:12

Una persona que ayuda a su prójimo seguramente será ayudada
también. A veces sentimos falta de un hombro amigo, de una mano extendida, de
alguien con quien podamos desahogarnos y buscar auxilio. Miramos alrededor y
percibimos que estamos solos. Nos sentimos rechazados por que nadie se interesa
por nuestra aflicción. Es en ese momento que recordamos que nuestra vida
siempre fue pautada por nuestros propios intereses. Que jamás nos ofrecimos
para ayudar a nuestros familiares y amigos, que la solidaridad es una
palabra vacías más en el diccionario. Vivimos rodeados de personas pero no
conquistamos amigos. Estábamos también en nuestro mundo particular que
juzgábamos no precisar nunca de nadie, sin darnos cuentas que cuando amamos y
servimos a prójimo no solo garantizamos la reciprocidad en un momento de
crisis, sino, principalmente, actuamos de acuerdo con la voluntad del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario