sábado, 26 de enero de 2013

Juicio Final



“Entonces os volveréis, y veréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.” (Malaquías 3:18)
La diferencia entre el justo y el impío está en la fe en el Señor Jesucristo. Aquellos que hacen de Él lo primero en sus vidas y lo permiten  reinar en el corazón, de forma natural lo sirven.
Por lo tanto, la fe en Jesús, practicada mediante la obediencia a su Palabra, es lo que separa a los justos de los impíos, de los que sirven a Dios de aquellos que no.
En el Juicio Final, las obras de cada cristiano serán testimonio, si en realidad servirán o no al Señor Jesús.

jueves, 24 de enero de 2013

El corazón de David


“Sucedió que cuando David ya moraba en su casa, dijo David al profeta Natán: He aquí, yo habito en una casa de cedro, pero el arca del pacto del SEÑOR está debajo de una tienda.” (1 Crónicas 17.1)

David cometió pecados que no han sido eliminados. Pecados violentos e injustificables. Él cosechó sus frutos y su pueblo también. Sin embargo, incluso delante de tamaño escándalo, su corazón continuaba según el corazón de Dios. Lo anterior demuestra eso, pues en la preocupación por la construcción de la Casa del Señor, que él consideraba su fe y fidelidad al Dios de sus padres

martes, 22 de enero de 2013

Primer Amor


"Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor." (Apocalipsis 2,4)

La iglesia de Éfeso se suponía que era un punto de referencia del Señor Jesús en la Tierra: las obras, la perseverancia, había sido probada y aprobado por el Señor y todo lo demás. Pero la pasión por las almas se había desvanecido y en su lugar llegó otra... Sin embargo, la compasión del Señor da una nueva oportunidad para volver a lo que se era antes. Es sólo una cuestión de quererlo y tomar actitudes.

viernes, 18 de enero de 2013

La Oración


"Y el SEÑOR se apareció a Salomón de noche y le dijo: He oído tu oración, y he escogido para mí este lugar como casa de sacrificio." (2 Crónicas 7.12) 

Creo que la oración es eficaz sólo cuando es sincera. Sin sinceridad, es inútil decir muchas palabras. Es como sembrar en el viento. También formalidades, como estar de rodillas o asistir a la iglesia, no garantizan respuestas. Lo que realmente cuenta es un corazón contrito, quebrantado y arrepentido, que caracteriza la humildad sincera.

Enseñanzas sobre imágenes

Nuestros amigo(a)s católico(a)s cuando tocamos con ellos el tema de las imágenes en las Iglesias y en sus casas, el cómo se inclinan an...