El espíritu rescatistas

En el libro de Génesis en la Santa Biblia encontramos la información sobre cuatro reyes que vencieron a cinco en una guerra que hubo en el tiempo de Abraham. Dicha guerra dejó un saldo lamentable, pues el hijo de crianza de Abraham cuyo nombre era Lot, terminó secuestrado. Su familia, esposa e hijas con otra gente mas, estaban todos cautivos en manos de los reyes que habían vencido la guerra. Ahora Lot con su familia eran prisioneros y esclavos de sus secuestradores.

…tomaron a Lot, sobrino de Abram, con todas sus posesiones, y partieron. Uno de los que escaparon vino y se lo hizo saber a Abram el hebreo… Al oír Abram que su pariente había sido llevado cautivo, movilizó a sus hombres adiestrados nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y salió en su persecución hasta Dan. Y por la noche, él, con sus siervos, organizó sus fuerzas contra ellos (contra los enemigos), y los derrotó y los persiguió hasta Hoba, que está al norte de Damasco. Y recobró todos sus bienes, también a su pariente Lot con sus posesiones, y también a las mujeres y a la gente. Génesis 14: 12 al 16.

Nuestro Dios es un Dios rescatistas, el Señor Jesús dio su vida para rescatar a muchos, y todos los que son de Dios tienen esta faceta en su personalidad.

El Rey de Sodoma cuando estuvo frente a frente con Abraham intentó persuadirlo diciendo: Dame las personas y toma para ti los bienes… Pero el valor de las personas era para Abraham lo mas importante; y este es el pensamiento de todos los que hacen parte de la iglesia del Señor Jesús. La Iglesia Universal del Reino de Dios existe para rescatar vidas; todos los días despertamos para ello, abrimos nuestras puertas para ello, distribuimos folletos, trabajamos en las emisoras de radio y televisión, esparcimos nuestros centros de ayuda espiritual por todo el país y por el mundo con una única finalidad, rescatar vidas.

Cuando un cristiano acepta la misión de ser un rescatistas el Espíritu Santo lo llena y lo usa. Dios está buscando personas con la disposición del viejo Abraham, gente que quiera enfrentar a los enemigos espirituales y rescatar los perdidos, entre ellos sus familiares, amigos, colegas de trabajo y personas extrañas; pues para Dios y para los que son de Dios una alma vale mas que todas las cosas materiales que hay en este mundo.