Para ser hijos de Dios, primero debemos ser transformados a través de un encuentro con él
“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacob y a Juan su hermano, y
los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguro delante ellos, resplandeció
su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blanco como la luz.
Y he aquí le aparecieron Moisés y Elías, ablando con él. Entonce Pedro
dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres,
hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; he aquí una voz
desde la nube, que decía: Este es mi
Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
Al oír esto los discípulos, se postraron obre sus rostros, y tuvieron
gran temor. Entonce Jesús se acercó y los tocó, y dijo, a nadie vieron sino a Jesús solo.
Cuando descendieron del monte, Jesús les mando, diciendo: No digáis a
nadie la visión, hasta que él Hijo del hombre resucite de los muertos.”,
(Mateo 17:1-9)
Jesús tenía 12 discípulos, pero llevó a tres. ¿Por qué?
Porque eran los capacitados para ver. Muchas veces, las personas están en la
iglesia no tienen ojos para ni oídos para oír. No ponen en práctica lo que ven
y escuchan.
Quizás usted ha sido una persona sincera, que ha buscado a
Jesús, pero su vida todavía no fue transformada y eso n o es justo.
El problema es que usted que ha necesitado tener una vida
transformada no ha tenido ojos para ver n i oídos para oír. ¿Como es eso? Los
que estuvieron con Jesús vieron que lo primero en transformarse fue el rostro
de Jesús y después sus ropas. O sea, el cambio se produjo primero en el
interior y depuse se reflejo al exterior, en vez de preocuparse por otras
cosas, usted debe pensar primero en ser transformado. Una vez que eso suceda,
ganará a su familia para Jesús sin decir una palabra. ¿De que forma? A través
de su testimonio, del cambio en sus actitudes.
¿Usted ha tenido ojos para ver que no sirve de nada
preocuparse por la transformación de los demás si usted no ha sido
transformado?
Dios quiere que suceda con usted lo que sucedió con su Hijo,
esa es su voluntad de que usted que me
esta leyendo en estos momentos. Eso nunca sucederá si la voluntad de Dios es
diferente a la suya y mientras no haya una transformación, los cielos no se
abrirán y Dios no podrá decir “este es
mi hijo amado” Los tres discípulos escucharon la vos de Dios y
esa misma frase es la que Dios quiere decir en relación a usted, pero para que
eso suceda, primero tiene que recibir la transformación.
Por ejemplo, muchos quieren parecerse a sus estrellas de
televisión, música y en la gran mayoría de los casos son personas fracasadas en
la familia o viciosas. En Bogotá, Colombia hay un hombre que está transformando
su cuerpo para parecerse al diablo y hay
muchos que están en la iglesia y no quieren parecerse a Dios.
La persona que fue transformada pasa a tener la naturaleza de Dios, se
convierte en su Hijo. Pero aunque Dios quiera que usted sea transformado, si
usted no lo quiere también, eso nunca sucederá.
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