“Pues el Seol no te expresa gratitud, ni la muerte te alaba. Los que descienden a la sepultura no pueden esperar tu fidelidad.”(Isaias 38.18)
Sólo aquellos que tienen una fe asumida en el Señor Jesucristo son conscientes de que los que descienden a la sepultura no pueden glorificarlo. Enfermedad, dolencia, depresión, deseo suicidio, tristeza, miseria, vicios, adicciones, hogares destruidos, hijos sin padres, padres, deuda e injusticias sociales son algunas de las muchas tumbas que se han alojado en muchos. Pero los que son de Dios no deben aceptarlo.
A no ser que los sufrimientos sean motivados por causa de la fe en el Salvador. En este caso, la injusticia, la persecución y la calumnia son parte de las tribulaciones y se convierten en bendiciones. -
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