“Fue mi mano la que hizo todas estas cosas; fue así como llegaron a existir—afirma el Señor—. »Yo estimo a los afligidos y contritos de espíritu, a los que tiemblan ante mi palabra. (Isaias 66.2)
Apesar de su grandeza, Dios tiene ojos para los que sufren y los que le temen. Usted puede incluso decir que cree en Él y que Le sigue, pero si no se pone en práctica su Palabra, su cristianismo no impresiona a Dios.
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